sábado, 30 de abril de 2011

QUISIERA PEDIRTE PERDÓN



Quisiera pedirte perdón por echarte de menos, por extrañarte tanto, por quererte tanto. Creo que no tengo ningún derecho a sentirme así, de esta manera tan ciega y tan vulnerable, siento que me ahoga tu falta y que mis manos abrazan la nada, que mi voz enmudece y no sale de mi garganta, no estás aquí conmigo y te echo de menos, quiero pedirte perdón por no tener en este momento tus besos, por no tener tus manos, por no oir tu voz o acariciar tu pelo, siento que te necesito y que vago por este universo vacío con la mirada perdida en un horizonte que ni siquiera alcanzo a mirar.

Quisiera pedirte perdón por amarte tanto, por no sentir tus palabras acariciar mis oidos, por no tocarte o escucharte en este momento, por volverme loco con tu ausencia y por este dolor que siento en mi pecho al no verte ni olerte. Siento no poder dominar el espacio ni el tiempo y acelerar los momentos que me pudiesen llevar hasta tí, lamento profundamente no estar a tu lado, cogerte de la cintura y compartir tus risas. Perdóname por quererte tanto, por sentir tu ausencia como clavada en mi corazón vacío, por arrancarme estas tristes palabras que se llevará el viento sin remedio, perdóname por pensar en tí.

Quisiera pedirte perdón por no dejar ni un solo instante de acordarme de tí, por no marcar tu número y oir tu voz, por no coger el coche e ir a tu encuentro, perdóname por dejarte estar mientras me ahogo, perdona mi soledad porque te necesita y no sabe estar sin tí, por amarte y necesitarte tanto, perdóname por no saber vivir sin tí, perdona todo ese amor que siento ahora mismo por tí y no te puedo hacer llegar, perdona mi tristeza y mi amargura de no ver tu cabello rubio y tu sonrisa fresca, de no poder besar esos labios y acariciar tu pelo.

Quisiera pedirte perdón por sentirte tan dentro de mi aún sabiendo que estás lejos, por sentir tu presencia aún estando solo, por oirte a cada minuto y verte a cada paso que doy, por volverme loco sin tus palabras, por no escuchar ese te quiero o no leer ese mensaje que espero, perdóname por mirar siempre el teléfono, por asomarme a la puerta a cada momento, por amarte tanto, perdóname porque no pasan las horas ni llega el momento en que te vuelva a ver, perdóname porque te necesito tanto, perdóname porque te quiero tanto.

jueves, 28 de abril de 2011

EL ARTICULO DE LA POLEMICA




Hay un problema laboral del colectivo de controladores aéreos que afecta al 1,2% de la población española (600.000 personas) y casi todos saltáis como energúmenos pidiendo hasta el linchamiento de ese colectivo cuando el día anterior hacen otra reforma del sistema laboral más restrictiva, quitan los 420 euros de ayuda a 688.000 parados que están en la ruina y anuncian cambios drásticos a peor en la ley de pensiones que afectan al 80% de la población y nadie se indigna ni dice nada. ¿Sois idiotas?

Estáis pidiendo a gritos al Gobierno que se apliquen medidas que quitan el derecho a la baja laboral, a los permisos retribuidos y a las horas sindicales, sacar militares a la calle ¿sois idiotas?

Estáis leyendo que mintieron en los vuelos de la CIA, en el caso Couso, que González era la X del GAL, que gente del PP cobraba de la trama Gürtel, que hay políticos que cobran más de 230.000 euros al año, pero que nos cuestan más de 3 millones de euros, que la corrupción en la política no es excepción, sino norma, que ellos mismos se adjudican el derecho a cobrar la jubilación máxima con pocos años en las Cortes y a nosotros nos piden 40 de cotización, banqueros que consiguen del gobierno medidas duras contra los trabajadores y que tenían que estar en la cárcel por delitos demostrados de fraude fiscal y no decís nada, os quitan dinero para dárselo a esa gente que cobra cientos de miles de euros año, especula con nuestro dinero, defrauda a Hacienda y seguís callados ¿sois idiotas?

Tenéis una monarquía que se ha enriquecido en los últimos años, que apoya a los poderosos, a EEUU, a Marruecos y a todo lo que huela a poder o dinero, hereditaria como en la Edad Media ¿sois idiotas?

En Inglaterra o Francia o Italia o en Grecia o en otros países los trabajadores y los jóvenes se manifiestan hasta violentamente para defenderse de esas manipulaciones mientras en España no se mueve casi nadie ¿sois idiotas?

Consentís la censura en los medios de comunicación, la ley de partidos, la manipulación judicial, la tortura, la militarización de trabajadores sólo porque de momento no os afecta a vosotros ¿sois idiotas?

Sabéis quién es toda la gentuza de las revistas del corazón, futbolistas supermillonarios pero jamás escucháis a nadie como Saramago o Chomsky u otros mil intelectuales veraces y comprometidos con vuestros problemas ¿sois idiotas?

Si mucha gente responde sí, aún nos queda un poco de esperanza de conseguir acabar con la manipulación de los políticos y poderosos.
Si la mayoría contesta no, entonces estamos jodidos.

EL GOBIERNO: Ha bajado el sueldo a los funcionarios, suprimido el cheque-bebé, congelado las pensiones y reducido la ayuda al desempleo, (EL PARO), para afrontar la crisis que han generado los bancos los políticos y los especuladores bursátiles.

Nos gustaría transmitirle al Gobierno lo siguiente:

Dediquen su empeño en rebajar LA VERGÜENZA DEL FRAUDE FISCAL,que en España se sitúa alrededor del 23% del P.I.B. (10 puntos por encima de la media europea) y por el que se pierden miles de millones de €uros, fraude que repercute en mayores impuestos para los ciudadanos honestos.

TENGAN LA VERGÜENZA de hacer un plan para que la Banca devuelva al erario público los miles de millones de euros que Vds. les han dado para aumentar los beneficios de sus accionistas y directivos; en vez de facilitar el crédito a las familias y a las empresas, erradicarlas comisiones por los servicios bancarios y que dejen de cobrar a los españoles más humildes €30.01, cada vez que su menguada cuenta se queda sin saldo. Cosa que ocurre cada 1º de mes cuando les cargan las facturas de colegios, comunidades, telefonía, Etc. y aun no les han abonado la nómina.

PONGAN COTO a los desmanes de las empresas de telefonía y de ADSL que ofrecen los servicios más caros de Europa y de peor calidad.

ELIMINEN la duplicidad de muchas Administraciones Públicas, suprimiendo organismos innecesarios, reasignado a los funcionarios de carrera y acabando con los cargos, asesores de confianza y otros puestos nombrados a dedo que, pese a ser innecesarios en su mayor parte, son los que cobran los sueldazos en las Administraciones Públicas y su teórica función puede ser desempeñada de forma más cualificada por muchos funcionarios públicos titulados y que lamentablemente están infrautilizados.

HAGAN que los políticos corruptos de sus partidos devuelvan el dinero equivalente a los perjuicios que han causado al erario público con su mala gestión o/y sus fechorías, y endurezcan el Código Penal con procedimientos judiciales más rápidos y con castigos ejemplares para ellos.

INDECENTE, es que el salario mínimo de un trabajador sea de 624 €/mes y el de un diputado de 3.996, pudiendo llegar, con dietas y otras prebendas, a 6.500 €/mes. Y bastantes más por diferentes motivos que se le pueden agregar.

INDECENTE, es que un profesor, un maestro, un catedrático de universidad o un cirujano de la sanidad pública, ganen menos que el concejal de festejos de un ayuntamiento de tercera.

INDECENTE, es que los políticos se suban sus retribuciones en el porcentaje que les apetezca (siempre por unanimidad, por supuesto, y al inicio de la legislatura).

INDECENTE, es que un ciudadano tenga que cotizar 35 años para percibir una jubilación y a los diputados les baste sólo con siete, y que los miembros del gobierno, para cobrar la pensión máxima, sólo necesiten jurar el cargo.

INDECENTE, es que los diputados sean los únicos trabajadores (¿?) de este país que están exentos de tributar un tercio de su sueldo del IRPF.

INDECENTE,es colocar en la administración a miles de asesores = (léase amigotes con sueldos que ya desearían los técnicos más cualificados)

INDECENTE, es el ingente dinero destinado a sostener a los partidos y sindicatos pesebreros, aprobados por los mismos políticos que viven de ellos.

INDECENTE, es que a un político no se le exija superar una mínima prueba de capacidad para ejercer su cargo (ni cultural ni intelectual).

INDECENTE,es el coste que representa para los ciudadanos sus comidas, coches oficiales, chóferes, viajes (siempre en gran clase) y tarjetas de crédito por doquier.

Indecente No es que no se congelen el sueldo sus señorías, sino que no se lo bajen.

INDECENTE, es que sus señorías tengan seis meses de vacaciones al año.

INDECENTE, es que ministros, secretarios de estado y altos cargos de la política, cuando cesan, son los únicos ciudadanos de este país que pueden legalmente percibir dos salarios del ERARIO PÚBLICO.

Y que sea cuál sea el color del gobierno, toooooooodos los políticos se benefician de este moderno "derecho de pernada" mientras no se cambien las leyes que lo regula.
¿Y quiénes las cambiarán? ¿Ellos mismos? Já.

Juntemos firmas para que haya un proyecto de ley con "cara y ojos" para acabar con estos privilegios, y con otros.

Haz que esto llegue al Congreso a través de tus amigos.

ÉSTA SÍ DEBERÍA SER UNA DE ESAS CADENAS QUE NO SE DEBE ROMPER, PORQUE SÓLO NOSOTROS PODEMOS PONERLE REMEDIO A ESTO, Y ÉSTA, SI QUE TRAERÁ AÑOS DE MALA SUERTE SI NO PONEMOS REMEDIO, está en juego nuestro futuro y el de nuestros hijos.


¿DONDE ESTÁ LA GENTE? QUE LEVANTAN MASAS PARA EL FÚTBOL Y NO PARA DEFENDER NUESTROS DERECHOS.



Arturo Pérez Reverte

martes, 26 de abril de 2011

SUEÑOS DE PIEDRA


   
     Había abierto la botella y había leído aquel mensaje, se hizo a la mar sin dudarlo y fué en busca de aquel lejano lugar, algo le decía que allí se encontraría algo que llevaba muchos años esperando. La travesía fué dura, larga, solitaria, se enfrentó a tormentas y galernas, a dias de miedo y de mucha soledad, casi desfallecía cuando por fìn una noche vió la luz de aquel faro que le guiaba, detenerse. Habían sido muchos años de travesía angustiosa y casi sin fuerzas arribó a aquel puerto aquella fría noche. Moribundo y sediento, enfermo de pena y de soledad, triste y casi derrotado solo esperaba llegar a aquel lugar y encontrarla, había sido su destino y el sueño de su vida, solo pidió unas pocas de fuerzas más para llegar a verla.

    Se arrastró por aquellas empinadas escalinatas de piedra, andrajoso y polvoriento, sacó de nuevo aquel envejecido papel y vió como la luz del faro que le habia guiado se paraba en aquel preciso lugar. Empujó la puerta con las pocas fuerzas que le quedaban, y entró en aquel sencillo templo. Todo era oscuro, y necesitaría esperar a las primeras luces del alba para que el sol pudiera mostrarle lo que esperaba encontrar. Agotado y extenuado se tumbó en el maloliente y frio suelo y se quedó dormido.

Al despuntar el alba, los primeros rayos de luz le apuntaron hacia sus ojos cansados, y entonces la vió. Estaba alli, subida en aquel pedestal de piedra, cubierta con aquella preciosa túnica blanca y mirándole fijamente. Era preciosa, terriblemente bella. Si, no cabía duda de que era ella, la persona que habia estado buscando toda su vida. Se fijó en su mirada, directa, profunda, en sus manos, delicadas, en su sonrisa inerte y en su pelo, sus ojos no podían más al observar tanta belleza, era la mujer más hermosa que habia visto jamás, y parecía que estaba alli, esperándole a él.

Se levantó y le cogió la mano, deslizó sus dedos sobre aquella túnica de piedra, y sintió el frio y abandonado adobe, olvidado y triste, se percató de que su mirada le seguía allí donde se movía, era la cariátide más hermosa jamás soñada. Sus fuerzas se agotaban, pero se sintió feliz al haberla encontrado, pensó que había merecido la pena tantos años de sufrimiento y espera, y solo la contemplación de aquella diosa perfecta pareció que le daba sentido a sus últimos suspiros. No podía más, cayó fulminado y exhausto a los pies de la cariátide, y allí se quedó, profundamente dormido.

Nadie le habia dicho que la mujer por la que estuvo navegando tantos años, y por la que dedicó toda su vida, que la mujer a quien brindó el sentido de su vida, y que le estaría esperando, era de piedra. Pero al marinero no le habia importado, era tal su belleza que ni siquiera se habia percatado de ello, sabía que por fín la habia encontrado, y que era tal y como la habia imaginado, tal y como la había soñado, insultántemente bella y hermosa, preciosa. Era la mujer que siempre había esperado encontrar.

Dos días permaneció tumbado en aquel suelo frio y abandonado a los pies de su cariátide, agonizaba, ya no le quedaba nada por hacer cuando de repente, el brazo de piedra, se movió y le tocó. Sus ojos se abrieron creyendo que estaba viviendo una pesadilla, cuando de repente, su boca dibujó una sonrisa y las manos de aquella preciosa diosa empezaron a acariciarle el pelo, se levantó, y se percató que aquella túnica de piedra se plegaba como fino lino y sus manos habian dejado de estar frias, las sentía suaves y delicadas mientras le acariciaba. Se había quedado extrañamente mudo y sin poder articular palabra, sus fuerzas habian brotado al mismo tiempo que la cariátide empezó a moverse y adquirir vida, la vida que él habia desgastado en encontrarla.

De pronto alzó la vista hacia la ventana, y volvió a ver la luz del faro que le guió, era una señal, otra nueva señal, salieron juntos de aquel templo olvidado, y embarcaron de regreso, siguiendo aquella maravillosa luz.

lunes, 25 de abril de 2011

Y YO TE LEERÉ

Y yo sí te leeré siempre, aunque esté lejos y casi no pueda asomarme a leer. Porque sé que cuando escribes, me buscas y porque sé que cuando te leo, nos encontramos.
Y te leeré aquí, allí o dónde tú sabes.

Gracias por escribir, por escribirme..... Porque cuando no estoy te siento cerca. Porque tus palabras llegan a mi pensamiento y no pienso más que en volver.

Me gustas cuando no me dices nada, cuando sé que sólo escribes para recordarme que me recuerdas, que piensas en mi. Me gustas cuando me sientes cerca y yo ahora te escribo esto para que sepas que estoy cerca.... aunque ya lo sepas.

Gracias por escribir. Estoy aquí, y siempre lo voy a estar....

sábado, 23 de abril de 2011

YO SIEMPRE ESCRIBIRE PARA TI

    Yo sí que siempre escribiré para tí. Aunque estés lejos como hoy y quizás ni te asomes a leerme. Porque sé, que cuando vuelvas me buscarás, y buscarás mis palabras y buscarás mis textos, aquí, allí, o donde tú sabes. Porque sé que siempre me buscas aunque no te escriba, pero hoy que no estás, si que me apetece escribirte.


Y me apetece porque no estás, por eso me apetece. Porque aunque no estés quizás mis palabras te lleguen a tu pensamiento, y pienses en algún momento si te habré escrito algo, te preguntarás que te habré dejado puesto para cuando vuelvas. Ya ves, quizás alguna tontería, alguna nimiedad intrascendente, quizás no te escriba nada, quizás solo quería dejar escrita la constancia de mi pensamiento hacia tí, decirte que aunque no estés... pienso en tí.


Y no hay nada para plasmar mis pensamientos, como estas letras en las que no sé que decirte. Estás lejos, pero cerca, por eso te escribo, porque sé que estás cerca, y porque cuando vuelvas verás que tampoco estabas tan lejos, sino que estabas demasiado cerca, y te escribo pensando en que lo estás, porque siempre lo estás... por eso te escribo.


Porque dejando estas letras sé, que en algún lugar, en algún momento, las podrás leer, y también te podrás acordar de mí allá donde te encuentres. Quizás, alguien te podría dejar un momento el portátil, y quizás te asomes para ver si te he escrito algo, o lo mismo desde algún iphone prestado te podrias conectar un momento, y ver si te he dejado algo escrito.


Ya lo tienes, aquí está. Es para tí, porque yo sí que escribiré siempre para tí.

jueves, 21 de abril de 2011

EL CLÁSICO




Fué un partido digno de final de copa, con los dos mejores equipos del mundo frente a frente y millones de espectadores siguiéndolo desde todo el mundo. Los ingredientes necesarios para ver un maravilloso espectáculo que no dejó impasible a nadie. Conceptos distintos por una vez puestos sobre el bien cuidado césped se entremezclaron formando un perfecto conglomerado de lo que tiene que ser un partido de fútbol de primer nivel y mostrarnos lo básico que se necesita para ser el foco de atención mundial durante dos horas.

Sobre el verde, la magia y la belleza de un Barcelona de memoria sin renunciar a su patrimonio más cuidado y la música de una orquesta dispuesta a ofrecernos su mejor sinfonía; enfrente, el aspirante blanco, la creencia en unos principios de competitividad y la fe puesta al servicio de unos maravillosos jugadores que confiaron ciegamente en quien les dirige y que sacaron los principales valores que cualquier deportista debe exponer ante semejante acontecimiento, la creencia en sí mismos y la fe en la victoria, no sentirse inferior a quienes son superiores y luchar por derrocar la evidencia, la fe y la lucha.

En el aire un baremo de ecuaciones tácticas de ataque y contraataque, defensa y espacios, velocidad de arranque, sorpresa y bandas, presión individual y por lineas o de nuevo abrir el libro de lo aprendido y perfeccionado durante años y poner en solfa la maquinaria inventada. El arte frente al espíritu, la sabiduria frente a las ganas, la química frente a la física y en el círculo central la creencia de ser el mejor o la posibilidad de llegar a serlo.

Marcelo esta vez si movió rápido y se lo dispuso a Di Maria que esta vez, si estuvo acertado e internándose por la banda izquierda y cuando ya veía la linea de fondo sin mirar elevó el esférico al segundo palo, donde Cristiano se autoimpulsó en el aire de forma bella y perfecta, elevándose hasta el cielo de Valencia en unas décimas de segundo para mostrar a los niños, volando como una gacela y sin quitar sus ojos al balón que llegaba certero, exacto, medido.... Testó su frente con toda la fuerza de su alma en el cuero y lo dirigió con la fuerza precisa en una parábola antológica lejos del alcance de Pinto camino de la red.

Estallaron miles de gargantas a la vez que el portugués liberaba la suya extraida de esa fuerza extraña que nos sale del alma cuando conseguimos aquello que hemos soñado siempre, la mitad del estadio saltó al unísono de millones de personas que en sus casas acompañaron ese segundo de algarabía, antes de que sus compañeros lo engulleran bajo sus cuerpos en un grito inenarrable de emoción contenida y rabia.

Un niño gritaba sin parar, repitiendo la palabra mágica una y otra vez, mientras se abrazaba con voz temblorosa a su padre y agitaba su bandera al viento, gol, gol, gol, ha sido gol, gritaba y gritaba demacrado mientras su voz se perdía en un bosque inanimado de gargantas que repetían su mismo estribillo, su cuerpo volaba por encima de su alegría desbordada por cientos de brazos agitados al viento y perdiendo la noción de su espacio solo alcanzaba a estrellar aún más su grito entre la muchedumbre enfervorizada.

Enfrente, en la otra punta del estadio, un niño se había quedado con la boca abierta, mudo, mientras se echaba las manos a la cara como no queriendo mirar hacia el campo, se habia detenido en su memoria un segundo antes la angustia de aquel remate mientras hacia el asomo de detenerlo de la manera que fuese, miró a su alrededor y solo vió desolación, silencio, manos sobre la cabeza e incipientes lágrimas de rabia y de dolor, la emoción le angustiaba, tragó saliva cuando de pronto comenzaron a brotar lágrimas de sus ojos, miraba con angustia a su padre buscando la protección que necesitaba y el calor que se le había helado en esa décima de segundo, todo su alrededor contenía desolación.

Con el plato de la ensalada acabada, la tabla de quesos terminada y los envases de las coronitas interponiéndose entre el cenicero y las servilletas elevamos la vista hacia el plasma, un grito me salió del alma, mientras mi amigo miraba hacia otra parte con resignación callada, ella me miraba y sonreía, de pronto se hizo un silencio difícil y pausado mientras no quitábamos la vista del televisor, por dentro me repetía bien, bien, bien..... y miraba la hora. Mi amigo sonreía forzado mientras pensaba la respuesta que le daría a su abuelo ante la incipiente llamada que minutos después sabía que le haría. Su abuelo... tambien era del Madrid.

miércoles, 20 de abril de 2011

CINCO MILLONES UNO


   La verdad es que estoy un poco harto de escuchar siempre las mismas frases de siempre, bueno ya verás como cambiará la cosa, dicen que este año ya, vamos a empezar a ir para arriba, a veces dudo del optimismo gratuito de la gente que quiere ver allí donde no hay. Tal vez sea pesimista o realista o que se yo, pero jamás me atrevo a decir nada a nadie sobre lo que realmente pienso.

    Más bajo no se puede caer, dicen que cuando tocas el fondo solo te queda una opción y es la de subir, pero cuando llegas el fondo y ves que el principio de Arquímedes no funciona como debiera, sino que te mantiene como lastre en ese fondo es que algo no va bien, siempre tienes la opción de subir pero también la de quedarte en el fondo porque esa fuerza vertical que necesitas de su empuje nunca te llega. Hacia donde queremos llegar, me pregunto cada día. Leo la prensa y veo los informativos, y los repuntes de la bolsa o el índice de parados o el cambio de rumbo de la economía o las previsiones más optimistas siempre me parecen hechas por gente que no vive en este país, o si viven, viven en plantas tan altas que apenas aciertan a tocar el suelo y ver la realidad.

   Que bajen a la misma esquina donde trabajan y se den una vuelta por la acera, apenas un paseo de veinte minutos no supone nada para quienes dirigen los destinos de nuestra economía y tal vez la agencia efe perdiera esa credibilidad que nos entretiene. Quizás es que hayamos vuelto a otras épocas y las clases sociales se hayan acentuado teniendo como baremos de referencia el nivel de angustia con que se vive el día a día.

    No son cuatrocientos euros el pecado de nuestra supervivencia sino la credibilidad en un sistema nacido roto por una clase política amateur y venida a menos, simples advenedizos que nos regalan medidas cada cuatro años por elecciones a cambio de unos cuántos votos y que parezca que estan haciendo algo. Mucho huele a podrido, y hay leyes que quizás sean buenas y aplicables a nuestra sociedad, pero si quien las aprueba es el partido enemigo hay que derogarlas para implantarle nuestro sello. En que nos hemos equivocado cuando permitimos prevaricaciones gratuitas sin ton ni son y cuando la ignorancia de quienes sustentan este estado de derecho hacia quienes lo mantienen con su verdadero sudor es tan latente. Algo estaremos haciendo mal nosotros también cuando comulgamos con ruedas de molino y tragamos con todo lo que nos echen.

   El político de antes, quizás no fuese mejor ni estuviese mejor preparado, pero sí eran más valientes. Bunkerizarse entre matojos pagados y dedicarse a la política internacional con la que está cayendo es el pan y toros de toda la vida, volveremos a los trajes grises y al puro semiencendido para volvernos a casa a pasar hambre, nadie cae en la angustia de miles de familias que lo estan perdiendo todo a costa de que otros mantengan el calor del plasma, es un silencio atronador el que se oye sobre el cielo, un runrún de lágrimas que la propia impotencia impide gritar, la resignación nunca ha sido el pecado capital de este país y siempre me pregunto entonces porqué nos callamos ahora.

    Muy sujetas las esposas de sindicatos que en otra época defendían a las clases débiles, han perdido la llave y quizás el norte, nadie se atreve a luchar porque nada tiene sentido cuando miramos nuestro carnet de identidad y ya nos están diciendo que tenemos menos derechos por haber nacido antes, pero hipócritamente quienes acertamos a leer observamos que el cuarenta y dos por ciento de los desempleados son gente jóven a quienes han puesto un muro de piedra en la mismísima puerta de su universidad. Hablar de la angustia de la familia con todos sus miembros desmoralizados por el sello de funcionarios privilegiados nos hace sentirnos culpables de una situación que no nos corresponde, no se puede atacar a la esencia de este país de esa manera tan cobarde y rastrera y dejarlos abandonados a su suerte esperando que escampe algún día.

    Me rio de las cazas de brujas y chivos expiatorios, de burbujas inmobiliarias que en su día dieron riqueza y de esa burbuja silenciosa que siempre suele irse de rositas como es la banca, inquisición más profunda y chupóptera que nos sangra cada minuto vampirizando con su chantaje el día a día de nuestro país, convertidora de títeres y marionetas a su servicio con grandes comilonas de falsos números. Es deporte nacional mirar hacia otro lado cuando el dedo se acerca a la llaga y solo los necios suelen ser capaces de entonces mirar al dedo sin apenas fijarse en la llaga, nada hay más simple como una reflotación o un cambio de dirección, nada que ver con la sopa de agua desalinizada que decora mi plato cada día.

    Velan por nuestra salud, poniendo medios para que nuestros hijos no se queden embarazados, jamás permitirían que cualquier joven se traumatice con decisiones equivocadas y eso suele ser síntoma de modernismo, tacharnos de ignorantes o tontos mientras padres de familia se mueren de inanición o de pena al ver a su mujer arrastrarse por las escaleras de cualquier portería esclavizada a un chusco de pan que llevarse a la boca, no puedo con la hipocresía de un sistema dirigido por imbéciles autistas que apenas encienden la tele que ellos mismos subvencionan, nos plantan belenes esteban en vez de corridas de cinco de la tarde incluso nos regalan los pañuelos, tristeza me produce levantarme cada mañana y tomarme un café con los amigos, salirnos a la fria puerta a fumarnos un cigarrillo y comentar la resignación de un país atado de pies y manos y con un fular en la boca.

martes, 19 de abril de 2011

EL CAMINO DE LOS INGLESES


    Cuántas veces no habremos tenido la tentación de saber lo que habría más allá de cualquier camino de los ingleses. La de veces que habremos querido salir de esa ferretería particular y hacernos poetas, traspasar la linea imaginaria que separa a los héroes de las sombras, vivir nuestras propias tormentas de verano o nuestros baños de sol, vivir múltiples historias para hacer de ellas nuestra historia, traspasar esa ventana que nos oprime y romper los barrotes que nos encarcela a nuestro presente más cercano. Sé que soñar es fácil y que lo difícil es vivirlo, pero también sé que cada día le damos al botoncito con la esperanza de ver la vida que hay detrás de todo camino soñado. Llamamos a su puerta cada mañana con la esperanza de hacernos adultos y viajar sobre él en una experiencia única.

    Suplicamos la pérdida de nuestra inocencia preguntándonos que habrá al otro lado cautivos de atrevimiento, brindamos por lo desconocido y flirteamos como adolescentes que se enamoran de maduras profesoras, porqué no traspasamos la linea y nos lanzamos a la oscuridad que nos atrae si es lo que buscamos. Por momentos parecemos débiles y existe una fuerza que nos empuja con tal vigor que nos sorprende. Que tendrá ese camino.....

     Un día saqué la entrada y me dispuse a ver una película, una película cualquiera. Me sorprendió la joya cuando atravesó su nilo y traspasó la pantalla hasta sentarse a mi lado, y, aunque sabía que no era mi camino por un momento pensé que sí lo era, que cualquier camino podría ser el mio. No dijo nada, solo mirábamos la pantalla. Y la escena transcurría durante unos meses, con cualquier verano por medio.

     Me sentí confundido, todo parecía confuso, durante gran parte de la película notaba como ella quería salir de aquel escondite secreto, se fijó en él desde el primer momento atraida por un magnetismo poco entendido, quizás sonidos embaucadores le hicieron gracia o tal vez el ansia de escapar de aquella celda le impulsó a soñar e inventarse orillas por las que descansar de largas travesías silenciosas. Le amó en silencio o tal vez lo imaginó, se inventó su propio camino más allá de su pequeño teclado, quizás quiso saber. Pero él no la comprendió, o quizás si, pero no quiso saberlo, miró hacia otro lado y ella lejos de olvidarle más sucumbió ante él, quiso disimular su amor malherido con risas y juegos, salió a la calle y se empapó de la lluvia fina que caía mientras cantaba melodias de amor. Le observaba dolorida sin esconder su dolor, el orgullo tragó escenas trágicas de mentiras y angustiadas amistades de cristal. Todo parecía un juego, un juego prohibido mientras cada noche compartía lecho con autistas ilusos de papel, enemigos de lo divino y encarándose a su propio interior se disponía a soñar, solo podía soñar.

     Jugó con ella, y eso le gustaba. Cada frase contenía un símbolo, la de puntos y comas y caras y cruces que compartieron en morse alimentaba su sueño. Qué habrá allá en el otro lado, y se inventó el camino, con obstáculos de dolor, de tripas hizo el corazón de una muñeca de plástico que luchaba contra ella mientras sonreía y cantaba preciosas baladas de amor. Una duda le partió el corazón y alentó su mala suerte, simplemente no la eligió. Intentó olvidar, pero no supo, ni quiso, ni pudo....desvió su camino, o su mirada, maldita trampa que nunca quiso ver para dejarse caer en ella una y otra vez, decía que no, que jamás caería en su propia trampa, y caía, y volvía a caer.... le gustaba caer.

    Pero había colgado el cuadro en la pared, y le miraba cada día, le gustaba el dibujo y los colores, las formas eran atractivas, solo le contemplaba mientras el cuadro reía, que de dudas generaba, harta de esperar se lanzó a tumba abierta, no sé si era odio o era amor, o tal vez soledad, o sufrimiento, o tal vez suerte, o tal vez la muerte, echó a correr, la travesía era alocada, dura, larga y esperanzadora. Era libre, y en esas cayó el cuadro y rompió el cristal, divisó el camino al otro lado del cristal y se dirigió hacia él, de nuevo atravesó la joya del nilo pero esta vez sobre un puente de madera, tambaleante y dubitativo, antiguos amores de hilo que frágiles caían desde las nubes y oscurecían el alma mientras divertían los dias. Un día descansó, y esperó en el puente, se durmió y casi estuvo a punto de caer hacia el río, le rescató y le abrió su alma, por fín se paró, y observó el difícil camino que buscaba aquel verano, le esperaba y nunca pudo decirle que no, lo estaba deseando....

     Todo parecía muy confuso, cuando sentí su mano coger la mía, no dijo nada, cuando las luces nos despertaron de aquella película. Ella no se volvió a su pantalla, sino que se vino conmigo, bajamos las escaleras lentamente, y nos dirigimos hasta el final de un puente, donde esa noche la luna brillaba y le escribimos una carta de amor.....

     La carta estaba escrita en preciosos versos de amor. Delataban cada palabra al poeta que llevaba dentro, y sobre sus rimas corrían lágrimas de sudor. Había merecido la pena ver lo que había al otro lado.

MAGIA



Una vez una gitana me dio una receta para fabricar un hechizo para el Amor, un hechizo con manzana, que aseguraba daba muy buenos resultados:

Primero había que cortar al medio una manzana roja. Luego se tenían que escribir el nombre de la persona amada y el nombre de uno mismo en dos papeles, mojarlos con un perfume dulce y untarlos con miel. Estos dulces papeles se tenían que poner el uno contra el otro y meterlos en la manzana. Después se ataba la manzana con una cinta roja y se enterraba en un lugar bonito. Cuando la manzana se seca, el amor está consumado.

Dios me libre de no fiarme de un hechizo gitano!

En el S. XVII eran muy comunes las Botellas Mágicas. Consistían en vasijas en las que se guardaban cabellos o recortes de uñas del destinatario del sortilegio. En el S. XVIII se colocaban entre los ladrillos de construcción de una casa como protección. Las Botellas Mágicas aún se siguen utilizando, y se pueden preparar utilizando recipientes de vidrio que podamos cerrar bien. Estas botellas atraen el amor sin rostro ni nombre elegidos previamente, es decir, atraen directamente el sentimiento de Amor y se pueden encontrar muchas recetas para fabricarlas.

La magia y el amor han estado siempre íntimamente unidos y relacionados. De hecho, los filtros de amor y los rituales mágicos para el amor se desarrollaban ya en la antigua Grecia.

Cuando las personas se enamoran se dice que sucede algo mágico, así que no es de extrañar que muchas personas recurran a la magia, por medio de hechizos y pociones mágicas, para encontrar y atraer al verdadero amor a sus vidas.

El Amor es algo mágico... es química... es alquimia?

No importa cómo lo llamemos, importa cómo lo sintamos. Importa cómo lo hagamos sentir al otro. Importa que le demos libertad para escogernos o no, importa que haya naturalidad, complicidad, interés mutuo .... y no tengo demasiado claro que todas esas condiciones se den en un conjuro de Amor. Pero.....

No creo en los conjuros, ni en las pociones, recetas, hechizos... o sí? Ni estos ni el Amor son algo científico, así que debemos confiar en el poder de nuestra mente y en nuestra fe. Si los hechizos generan energía y voluntad de alcanzar, no cabe duda de que nos ayudan a concentrarnos y enfocarnos en nuestras metas. Es posible que sea por esto por lo que dicen que funcionan. Pero la actitud positiva frente a la persona amada, frente a la persona a la que deseas conseguir, no se consigue con pétalos de rosa, ojos de araña, o frases más o menos grandilocuentes o floridas del tipo : “Este es el color de mi amor! Siente lo mismo por mi! Mírame solo a mi!” o "Flores llenas de amor, traer a mi hogar la ilusión, completando mi corazón con un gran amor".

Porque el Amor no se compra con un hechizo. Un hechizo no hace al Amor. Es el Amor quien te hechiza.

viernes, 15 de abril de 2011

LA ESPERA


   Hoy es un día especial, y quizás no sea especial por mucho o por nada, simplemente lo presiento así y me gusta. Me gusta levantarme por las mañanas y sentir esa sensación, esperar con ilusión que pasen las horas y llegue el momento esperado de que algo bonito te va a ocurrir; es como la espera de ese avión que esperas y que sabes que cuando aterrice de él descenderá alguien que quieres mucho y llevas tiempo sin ver, miras ansioso el reloj, y no estás tranquilo hasta que te lo anuncian por megafonía, notas como el corazón se te acelera, y empiezas a ponerte un poco nervioso, inquieto, hasta que de repente le ves aparecer al fondo y la cara te cambia de repente y estalla de alegría, notas como la emoción te embarga y sales corriendo a su encuentro.

    Las horas previas no dejas de darle vueltas a la cabeza, no te quitas el pensamiento de que queda poco ya, cuentas las horas e imaginas cientos de cosas, sobre todo una, a esta hora estaremos en tal sitio o haciendo tal cosa, visualizas el futuro más inmediato pero con ella, podríamos hacer esto o tal vez lo otro, me tiene que contar aquello y que no se me olvide decirle eso. Es una ansiedad emocional necesaria que te alimenta la mente y parece como si te recargara de ilusión, te inyectara esperanza y empiezas la cuenta atrás de sentirte mejor. No dejas ni un momento de pasar películas de tu vida con ella, de recordar escenas o simplemente intentar ver su cara. Está cercana y lo sabes, notas como su presencia cada vez se acerca más y eso te hincha, te eleva.

   Vivimos en un mundo de prisas automatizadas que ralentizan nuestros dias hasta la nada más absoluta, hurgamos por los rincones intentando motivarnos y asomarnos a alguna ventana que nos permita respirar aire fresco, fisgoneamos en el tiempo para robarle algún momento diferente que nos saque de una monotonía impuesta por nosotros mismos sin querer, buscamos esa luz que ilumine nuestros dias y nos permita salir de nuestro escondite eterno y escarbar en el cielo algunas horas prestadas que nos recargue las pilas. Las buscamos con desesperación para poder sentirnos vivos y repetirnos continuamente que estamos aquí.

   A veces, nos enganchamos a ese cuello para que nos saque de esta pausa maldita que nos paraliza y nos enerva, necesitamos de emociones que nos retraigan de nuestro silencio. Necesitamos querer. Necesitamos que nos quieran. Compartir ese robo al tiempo que nos traslade a otra dimensión y nos haga volar como el avión que necesitamos esperar de vez en cuando.

   Tengo suerte, y hoy lo veré aterrizar, descenderé y correré hacia ella. La necesito y mi vida la necesita. Estoy en esas horas previas al desembarco y veo que el reloj no corre, pero me da igual porque mientras, veo y repaso las películas de mi vida como suplicando que me entretenga en la espera, hago como que hago cosas sin quitármela de la cabeza como intentando engañar al tiempo, disuadirlo para que se apresure.

   Hacía mucho tiempo que no sentía algo así, a veces piensas irracionalmente si no volviste a nacer en un alarde de magia atemporal que te ha devuelto la sonrisa y la ilusión. Nunca me pararé a pensarlo aunque no dejo de hacerlo, es como si intentara engañarme a mí mismo de la misma manera que hago con el tiempo al que intento robar esas horas, y no cambiaré nunca, no quieres pensar en esas cosas cuando sabes que es así y no puedes evitarlo, que manía tenemos a veces de escondernos de nosotros mismos o de nuestra realidad, como si tuviésemos miedo a nuestro propio ridículo, o a sentirnos raros.... con lo bonito que es poder esperar cada día ese avión.

   Porqué no sonreir, y sentirte bien si lo tienes a tu alcance. Miro mi billete, me miro en mi espejo y noto el ruido de ese motor que me acelera el corazón. Hoy es un dia especial, lo presiento.

jueves, 14 de abril de 2011

PRÓLOGO


     Tenía la costumbre de leer todos los comentarios parándome por supuesto en aquellos que contestaban a mis palabras, bien para compartir mis pensamientos bien para no estar de acuerdo. Hubo un momento que me ví sobrepasado y desbordado, me resultaba imposible hacer lo que realmente quería que no era otra cosa que contestar punto por punto y coma por coma a todas y cada una de aquellas palabras que se dirigían hacia mis escritos. Mis obligaciones, la timidez con que leia aquellas casi siempre bonitas palabras o tal vez el pudor de sentirte observado por tanta gente me bloqueaba hasta el punto de hacerme sentir a veces mal. De cada palabra aprendí, cada elogio y cada crítica me enseñó que detrás de cada nick había una persona que habia hecho un hueco en su vida para detenerse a leerme y compartir una pequeña parte de su tiempo conmigo.

    Mi unica forma de poder contestar a cada una de esas palabras no era sino esforzarme cada día en hacerlo un poco mejor. Me sentí mal cuando veía que os dirigiais a mí y me veía incapaz de contestaros a todos, pero jamás se me olvidó nunca y siempre leí con atención y a veces bastante emoción todos aquellos comentarios. Había nicks que al llegar lo primero que hacían era leerme y contestarme, eran como asiduos compañeros de mañana y notabas su presencia en la sala y lo acompañado que te sentías, me sonrojaba a veces, me mosqueaba otras pero ninguno quedó en el olvido jamás.

    Cuando terminó aquella edición, aún pesaban las palabras y la acción de unos dias intensos, la vena seguía abierta y mientras otras guerras coparon la actualidad como rescoldos de un fuego vivo y dificil de apagar busqué la calma en otros horizontes para poder seguir escribiendo, “el perfecto imperfecto” pensaba que era cuando el gusanito seguía llamando a mi puerta como cada mañana, la resignación de no querer echar el telón me sumió en mi más cruel realidad gritando con fuerza la impotencia de no querer alejarme de vosotros y cierta “crisis” personal y profesional me vinculaba durante unos días, los que aguantase, a mantener intactos mis dedos y mi apego a esta pantalla.

    El nick era conocido y la edición estaba reciente, escribí en solitario cuando empezasteis a aparecer poco a poco, el círculo se fué reduciendo hasta el punto de formar una extraña habitación de risas y complicidad donde la intimidad dejó latente la fuerza de la virtualidad y como poco a poco nos fuimos acercando cada vez más, son momentos de unión y compartir cosas en otros momentos impensables pero sobre todo de conocernos mejor.

    Recuerdo aquellos momentos como maravillosos que me enajenaban de mi realidad y me infundían la esperanza de ver otra distinta, jugamos a jugar como adolescentes y en nuestra diversión se produjo cierto acercamiento extraño a la vez que prohibido, almacenando datos y risas entre campanillas que no dejaban de sonar. Eramos tres, y tres eramos multitud, pero no nos importó hasta que un día las adivinanzas nos condujeron hacia nuestra propia cercanía, lo cual me produjo sorpresa y una extraña curiosidad.


     La habitación se había quedado grande y nos trasladamos a un cuarto más pequeño e íntimo, pero seguiamos siendo multitud en un cuarto tan pequeño, aún así conseguí arrancarte aquello que quería saber. Te agregué a mí porque quería tenerte cerca, no me había sentido complacido del todo y ciertas incógnitas rondaron mi cabeza, incógnitas prohibidas que me produjeron desasosiego, era la primera vez que me hiciste pensar. Insistí en esa vedada luz que me encendías cada vez que me atrevía contigo y cada vez la veía más débil lo que me provocó cierto interés. Algo me dijo que aquella luz no era real y me impactó la frialdad con que me lo contabas, infravaloraste mi curiosidad y por primera vez noté en tus ojos el miedo. No quise creerte y algo me decía que no debía creerte.

Y me marché, con esa duda.

EL

Le conocí hace dos años, pero a veces pienso que le conozco desde que nací.

Cuando le ví por primera vez me llamó la atención. Me pareció un tipo duro, seguro de sí mismo, elegante, educado, limpio, simpático aunque un poco distante, generoso, un poco complicado, analista, puntilloso, metódico... Me producía curiosidad, quería saber más.

Yo le hablaba de vez en cuando, poco, pero le hablaba. Primero intentaba comprender todo lo que decía e intentaba replicarle. Cada día esperaba su llegada entre la masa de gente que acudía a aquel lugar. Mientras esperaba hablaba con unos y con otras, saludaba, intentaba hacerme un hueco, porque no quería salir sin haber conseguido conocerle, aunque sólo fuera un poco.

Cuando llegaba parecía que todo se parase, como cuando el malo entra en el Saloon y todo el mundo le mira, con la diferencia de que ni él era el malo ni aquello un Saloon. Pero la expectación era casi la misma. Y siempre llegaba puntual.

Yo era una más entre aquel montón de gente y quería que se fijase en mi. Le hablaba cada día, como le hablaban muchos, pero él parecía poco hablador. Parecía solitario y parecía que su soledad era buscada. Después de su llegada no solía quedarse mucho tiempo a charlar. Yo le observaba y le hacía observaciones, pero a juzgar por sus pocas respuestas, él casi no reparaba en mi presencia. Aquello me sacaba de mis casillas. Yo sabía que mis observaciones no eran las más agudas, ni las más inteligentes, ni siquiera las más divertidas, pero esperaba un poco de atención, de aquella atención que sí le prestaba a otras personas cuando quería. Sólo conseguí unas cuantas respuestas casi por educación, pero todas y cada una de aquellas respuestas me animaban a seguir pasándome por aquel lugar, por si volvía a encontrarme con alguna.

Y pasó el tiempo y pasó la temporada de estar de moda aquel garito. Nos dispersamos, y cada uno cogió un camino distinto.

Un día se me ocurrió pasarme por un antiguo local del que había oído hablar. Pensé que podría encontrarle allí. Cuando entré casi me pierdo entre la cantidad de salas que había. En cada una de ellas habían grupos de gente que charlaban, discutían, cantaban, celebraban, se felicitaban... No sabía por dónde empezar a buscar, y ya casi había desistido cuando de pronto le vi. Estaba allí, hablando distendidamente con dos chicas. No supe qué hacer ni qué decir. Me dio vergüenza y me marché sin decir nada.

Estuve volviendo a aquel local durante dos días más, siempre en silencio, observando. El seguía igual que siempre, tan educado y elegante, pero desde la distancia le comencé a ver más cercano y me decidí a saludarles y con más osadía que vergüenza, me metí en su conversación.

Allí empezamos a conocernos, por fin.

Horas y horas, y más horas, y muchas horas, y muchas mas horas más tarde, nos acabamos de conocer.

Ahora le conozco y puedo decir sin miedo a equivocarme que no me equivoqué, que no estaba equivocada y que mi corazón no se equivocó cuando me hizo fijarme en él.

Ahora le conozco y me equivocaba. “Me pareció un tipo duro, seguro de sí mismo, elegante, educado, limpio, simpático aunque un poco distante, generoso, un poco complicado, analista, puntilloso, metódico...”. No. No es un tipo duro. Es vulnerable y un poco tímido.

Es un tipo sincero, cercano, amable e inteligente, que ha pasado de ser un excelente amigo a... algo más.

Tengo suerte de tenerle a mi lado, he tenido mucha suerte.

lunes, 11 de abril de 2011

CISNE BLANCO


     Resulta curioso como todos llevamos dentro esa dualidad indispensable para sobrevivir y que muy pocos conocen de nosotros, si somos cisnes blancos lo somos en rebeldía suficiente como para ocultar el cisne negro que también llevamos o viceversa. Como afrontamos nuestros dias con el plumaje suficiente para desgastarnos nuestras propias uñas, herirnos la espalda con ellas hasta sangrar o hacer que el pianista termine por aburrirse de nosotros, como podemos ser capaces de soñar con el pico más alto y el aplauso más hermoso con la platea a rebosar, hacer de la envidia nuestras señas de identidad por haber logrado un sueño y sin embargo tengamos miedo a enfrentarnos a nosotros mismos.

    Como es posible que tengamos en nuestras manos a cada momento mil sueños por realizar y sentirnos el ombligo del mundo, encauzar nuestra vida hacia ellos y dirigirnos sin dudarlo hasta nuestras metas más inverosímiles y seamos incapaces de enfrentarnos a nuestros propios miedos.

    En verdad podriamos ser producto de nuestra propia ambición hasta el punto de autodestruirnos por alcanzar un sueño? A veces pienso que sí. Nos da la vida, nos la quita y nos la devuelve en la tentativa de alcanzarlo, luchamos por él a veces de manera obsesiva y encontramos en el camino el sentido a nuestra existencia. Todo se aparca o pierde interés, deja de ser prioritario y solo escuchamos ese cisne negro que nos permita competir por alcanzarlo a costa de lo que sea, nos valemos del blanco para ello si nos hace falta y dejamos los escrúpulos de lado para conseguir nuestro objetivo.

     Quien mejor que nadie para conocernos bien y saber el color de las plumas que utilizamos a cada momento, cual es el adecuado o el necesario, sabemos del que mostramos y nos sentimos seguros porque somos aceptados pero cuando alguien te dice lo que tienes que hacer para conseguir tu sueño y te da las fórmulas necesarias pecamos de inseguridad, nos autorechazamos renunciando a nuestro cisne blanco por ambición y mutamos hasta conseguir el fín sin a veces calcular los riesgos, caemos en brazos del negro que a nada le importa el medio sin ni siquiera parar a pensar si en verdad merecerá la pena. Todo es cuestión de principios, de ego o de valoración, fijarnos nuestras propias metas y no parar hasta conseguirlas no debería ser ningún principio excluyente con nuestra propia naturaleza, conocernos mejor sería la solución, ser capaces hasta donde podriamos llegar, de nuestras limitaciones nos haría igual de competitivos y poder llegar a alcanzarlos tambien.

     Pero cuando priorizamos nuestros sueños por encima de nosotros mismos actuamos contra natura y si el nivel de obsesión es tal que seriamos capaces de renunciar a nuestro propio yo, el camino se presenta insano y autodestructivo, nos devoramos y devoramos a quien nos rodea, nos cegamos de orgullo disfrazado de sacrificio y danzamos sobre zapatillas destrozadas por la sangre de nuestras propias uñas. Renunciamos a veces hasta de nuestra propia libertad y acudimos raudos a falsos cantos de sirena disfrazados de aplausos para nuestra propia satisfacción.

     El camino no es fácil, distorsionamos nuestra realidad a base de alucinaciones, sentimientos de culpa, respuestas violentas y desdoblamiento de nuestra propia personalidad, no sabemos en que momento somos blanco o negro. No vivimos, nos olvidamos de vivir, nuestra libertad es nuestro esfuerzo y la sangre que emana de nuestra espalda es nuestra victoria. “Tengo una pequeña tarea para tí, ve a tu casa y mastúrbate.... vive un poco”

    No lo poseemos todo aunque creamos que sí, a veces nos faltan cosas lo que nos sumerge en una vorágine irreal y nos adentra en nuestro propio infierno psicológico, si no lo tengo lo conseguiré, cueste lo que cueste. Nos plantea dudas que nos devoran ante el temor al fracaso y nos hace sangrar la mente más allá de nuestro propio razonamiento. Nos produce delirios enfermizos cada paso atrás y hándicap que nos frene nuestro desafío trazado. Nos cambia la vida nuestra propia lucha interior y no cesará nuestra angustia hasta que llegue el momento de nuestra liberación.

    La gente se pone de pie, y nuestra alma se encoge, brillan nuestros ojos y pensamos que lo hemos conseguido, se para el mundo y todo es de color hasta el estruendo de las plateas, en momentos como esos ya no nos queda nada, solo morir, morir de éxito o morir de orgullo.... Mostramos nuestro cisne blanco en todo su esplendor, radiante y hermoso sin parar a pensar en un momento que detrás de ese telón se mantienen las luces apagadas y en él se encuentra nuestro cisne negro bebiéndose nuestras lágrimas de felicidad dispuesto a cobrarse su factura. La factura de nuestro camino, que a veces es nuestra propia vida.

sábado, 9 de abril de 2011

ME IMPORTA UN PITO!!

Me importa un pito ya!
Sé escribir perfectamente, de hecho sé escribir desde los cinco años!


Siempre digo que no se escribir y no es verdad, sé hacerlo. Claro que... lo que no sé es hacerlo de forma interesante, intrigante, bella, emocionante, de forma que lo que cuento tome forma de arte, porque escribir bien es un arte, no es sólo juntar palabras y formar frases con más o menos sentido.
Cuando escribo no escribo, transcribo pensamientos. No sé crear historias que emocionen, sólo se escribir sobre mis pensamientos, sobre mí.
Pero me importa un pito.
Escribiendo me han pasado muchas cosas...
Recuerdo cuando estaba en parvulitos, con Doña Finita, mi seño. Doña Finita era (y es, porque todavía vive) una señora solterona que siempre estaba sonriendo, que gritaba mucho, aunque suavemente porque su voz era dulce, y que siempre llevaba zapatos bajos y vestía de color marrón. Ella me enseñó a escribir, a leer, los colores, a “guardar cada cosa en su lugar”, a cantar, a pintar sin salirse del borde, a modelar quesos de plastilina... Nos sentábamos de cinco en cinco en mesitas redondas.
Cada mesita tenía en el centro dos botes, uno con lápices de colores y otro con lápices normales, gomas y sacapuntas. También había un tarro de cristal en el que dejábamos las virutas de sacar las puntas a los lápices de colores, y un montón de folios. Me en cantaba el olor de aquel tarro de cristal... Me encanta recordar las caras de todos mis compañeros de mesa cuando aprendimos a escribir con letra ligada, todos sacando y mordiéndonos la lengua, porque era dificilísimo!!. Cogíamos con tanta fuerza el lápiz, que los dedos se nos ponían blancos!




Algunos años más tarde, en quinto de EGB, ya con las lenguas en su sitio y los dedos más relajados, recuerdo que lo de escribir se me atragantó un poco. Reconozco que no nos portábamos demasiado bien, pero Doña Jose tampoco reconoció que los lunes eran el día en el que sí o sí habían de contarse las aventuras del fin de semana...!! La primera hora pasó sin pena ni gloria porque, también por ser lunes, el sueño todavía estaba instalado en nuestros ojos. Pero a partir de la segunda hora nos fuimos espabilando y “el grupito de las charlatanas” entramos en acción.
“A ver.... el grupito, me vais a traer para el viernes escrito cinco mil veces, Soy una estúpida y una maleducada y no volveré a hablar en clase”
Creo que se pasó un poco. Doña Jose era exagerada para todo...
Yo llegué a las mil quinientas, pero dos de mis amigas llegaron a las dos mil y pico antes de que nos levantara el castigo!.

Un poco más tarde empecé a escribir un diario. Yo tendría unos catorce años y mi hermano pues unos doce, y esto lo cuento porque espero que nunca llegase a leer aquel diario, porque lo que más le gustaba era fisgonear por mis cajones con la esperanza de encontrar alguna moneda olvidada el alguno de ellos.... En fin, nunca me miró raro, así que no creo que lo encontrase.
Uf! Aquel diario.... si hablase.... me moriría de la vergüenza! No se podía tener el pavo más subido a los 14 años! Que si me gusta... que si no me hace caso.... que si se ha enrollado con Yolanda... que si cómo ha podido hacerme esto mi amiga... que si que se vaya a la porra.... o mejor, que se vayan los dos!

Cada noche, cuando me subía a mi cuarto a dormir, escribía un poco en aquel cuaderno rojo y negro. Pegaba fotos, guardaba flores, entradas de cine, papelitos de los que se pasan en clase... Era casi como un collage de mi vida.
Cualquier día lo volveré a leer...


Luego me dio por hacer cuadernos de viaje, y cada vez que iba a algún sitio me compraba un cuaderno y cargaba con mis lápices. Hice cuadernos de París, Bruselas y Brujas, Nueva York, Budapest, Jerusalén... Por cierto, tengo que buscarlos, porque no sé dónde los he metido.





Y ahora me he embarcado en esto de los blogs y me he dado cuenta de que después de haber estado toda la vida escribiendo, sigo sin tener ni idea, y sigo sacando la lengua y mordiéndomela.
Pero me importa un pito!
Ya aprenderé...

SARA


   Ana tenía una muñeca que se llamaba Sara, de la que se mofaban todas sus amiguitas cuando jugaban. Que muñeca más fea, le decian, es sosa y fea, y los vestidos que lleva son horribles. Ana se sentía mal y una noche le dijo a su madre que le comprara otra muñeca que la que tenia no le gustaba y sus amigas se reian de ella. Ana estaba triste.

   Sara quería mucho a Ana, aunque la despreciaba y se sentía blanco de las burlas de sus amigas, siempre le perdonaba porque la queria mucho. Sus amigas presumían de sus muñecas fashion, con vestidos exclusivos y cara sonriente. Ana siempre se sentía ridiculizada con los comentarios de sus amigas de juegos, y por la noche lloraba. Sara la veía llorar y tambien se entristecía al verla así.

   Una noche Ana le dijo a su madre que no aguantaba más, que quería otra muñeca más moderna, que no era feliz porque sus amigas se burlaban de ella y de su muñeca. Sara cuando la escuchó temió lo peor y se puso muy triste. Está bien, le dijo su madre, mañana te compraré otra muñeca nueva.

    Esa noche, Sara, no pudo dormir. Se sentía muy triste y sola. Sabía que perdería a Ana, pero entendió que ella se iba a sentir mejor y que sería feliz. Así fué, a la mañana siguiente su madre le trajo una nueva muñeca, supermoderna y con vestidos exclusivos. Por fín, sus amiguitas no se reirían de ella y ya podría jugar sin temor a que le dijeran nada sus amigas. Se puso muy contenta y le dió un beso a su madre por hacerla tan feliz. La abrió con sumo cuidado y se dispuso a ir al encuentro de sus amigas para enseñársela, se la veía contenta.

   De un manotazo metió a Sara en el altillo de su armario, arrinconada entre ropas sin usar y juguetes destrozados, y salió rauda al encuentro de sus amigas a enseñarle su nueva muñeca. Sara lloró, pero pensó que era lo mejor, se alegró por Ana, a quien quería mucho, pero no pudo reprimir su soledad y su tristeza por haber sido abandonada, ya no podría jugar con ella y permanecería alli encerrada durante mucho tiempo.

   Por las noches, contemplaba, la felicidad de Ana y el amor con que hablaba a su nueva muñeca y la peinaba, como la tapaba y le dirigía bonitas palabras. Ana era feliz. Cuando Ana se quedaba durmiendo, tenía la costumbre de bajarse del armario y sin que nadie la viese se acercaba a la cama de Ana a darle un beso y volverse de nuevo a su armario.

    Pasaron los años, y Ana se hizo mayor. Ella y sus amigas ya no jugaban a las muñecas, había arrinconado a su nueva muñeca también en el armario, junto a Sara, pero Sara no había dejado ninguna noche de darle el beso de buenas noches. Había visto desde su retiro como crecía Ana, y observado como esa sonrisa feliz de niña encantada se iba poco a poco transformando en tristeza, sus amigas se olvidaron de ella y la habían dejado sola. Sara vió como pasaba las horas encerrada en su cuarto, sin amigos con quien compartir y como la soledad poco a poco se fué adueñando de ella.

    Se sentía infeliz, nadie se le quería acercar a ella y en el instituto todo el mundo le daba la espalda. Sus padres empezaron a preocuparse por ella, a quien veían taciturna y sin apenas ganas de sonreir. Que podrían hacer se preguntaban angustiados por la tristeza de Ana. Una noche, mientras dormía sintió un pinchazo en su corazón y angustiada llamó a sus padres que intentaron calmarla hasta que se quedó profundamente dormida.

    Cuando despertó observó como se encontraba extrañamente abrazada de nuevo a Sara, que yacía en su misma cama. Sus padres, le habrían puesto la vieja muñeca, pensó. La miró y la acarició.... Que extraño parecía todo. Sara ese día, se sintió feliz, Ana ese día vió como el chico nuevo le habia invitado a salir, y no cabía de gozo, estaba supernerviosa. Había dejado a Sara encima de la cama, cuando la había hecho esa mañana, y apenas se habia acordado de ella. Cuando por la noche volvió feliz a su habitación, la acostó con ella y le contó todo lo que le habia sucedido ese día, Sara sonreía mientras la escuchaba. Al día siguiente, recibió una llamada de sus compañeras del instituto invitándola a una fiesta, y estaba superfeliz. Al llegar de nuevo le contó a Sara lo bien que lo había pasado en esa fiesta y lo feliz que se sentía, le contó como lo había pasado con Raúl, el chico nuevo y como de nuevo empezaba a ser feliz. Sara la escuchaba y lloraba en silencio mientras la acurrucaba. Se sentía feliz.

   Esa noche, Ana se despertó de madrugada y encendió la luz. Se angustió al no ver a Sara a su lado, estuvo buscándola debajo de la cama, entre sus ropas, entre sus libros y se alteró, cuando de pronto abrió el armario y la vió allí, en el estante de arriba arrinconada y medio tapada entre viejos juguetes rotos.

   Que extraño era todo pensó, mientras unas lágrimas comenzaron a caer por sus sonrosadas mejillas, apartando todos sus juguetes de encima y cogiéndola entre sus brazos, le pidió perdón. La bajó del estante, y la acostó con ella. Ana esa noche lloró, y Sara, le dió de nuevo el beso de buenas noches. Gracias, amiga, le dijo, mientras Sara se acurrucaba a ella.

jueves, 7 de abril de 2011

CARTA DE ENONE A PARIS

Estoy muy preocupada porque últimamente no das señales de vida.

Las ovejas necesitan tus cuidados, tu padre no sabe ni siquiera que hacer para encontrarte y por si fuera poco Hermes me ha dicho que estás con las diosas supremas Afrodita, Hera y Atenea.

¿Se puede saber que haces con esas diosas? ¿Es que no tienes bastante conmigo?¿Piensas dejarme?

No sé si te han secuestrado o te has ido por voluntad propia,  pero una cosa si sé, y es que ya han pasado tres meses y aún no has venido.  Eso para mi solo quiere decir una cosa, ya no te voy a esperar más, voy a irme con mis hermanas a las afueras el próximo viernes.

Te estaré esperando hasta ese día, porque no puedo cuidar a nuestro hijo sola.

Con una gran esperanza de que vuelvas

Enone

miércoles, 6 de abril de 2011

LA ESTRELLA




     Fué una sensación extraña abrir aquel email; conforme pasaban los segundos se me volcaban los recuerdos en el corazón de manera que cada palabra se me clavaba en la retina, lo leí dos o tres veces y me sentí triste. Quería hacer algo y no podía, pensé en ella y en lo mal que lo estaría pasando, me sentí débil, impotente y muy solo, la veía lejos y quería abrazarla, quise echarme a correr y gritar su nombre, quise llamarla y que supiera que me tenía allí. Le escribí esperanzado en su respuesta de que no estaba sola, quería estar con ella. Quise gritarle desde mi silencio ese abrazo que le pertenecía y que el tacto de mis brazos le susurrasen al oido que en ese momento me acordaba de ella.

    Me desvestí como cada noche, y encendí la luz de la mesita antes de acostarme. Me quedé pensando, estaba confundido, me acordaba de ella y de nuevo los recuerdos volvieron a mi memoria. Son esos momentos en que te encuentras contigo mismo y dejas que la mente repase la parte de película que corresponde a ese día de tu vida. Me quedé mirando fijamente a la nada sin poder evitar pensar en aquellas palabras que aún retumbaban en mi retina. Estaba tocado y los recuerdos se agolpaban en mi cabeza, pensaba en ella cuando poco a poco se me fueron cerrando los ojos.


Estaba esa noche sentado en la arena contemplando las estrellas cuando de repente vi una brillar más de lo normal, veía como se acercaba hacia mí cuando en un instante su preciosa luz se difuminó en el firmamento. Me quedé esperándola por si aparecía, pero ya no volvió. Volví a la siguiente noche con la esperanza de volverme a encontrar con ella, y entonces la ví esperándome. De nuevo brillaba su luz por encima de las demás y note como desde el mismo momento que me senté a observarla poco a poco empezó a moverse, se acercaba cada vez más, la ví más grande que el día anterior, más cercana y le sonreí..... Pero de nuevo se paró. Inerte se quedó observándome, parecía que jugaba conmigo.

Desde ese instante no podía de dejar de acudir a mi cita cada noche con mi estrella, cada vez que llegaba la veía esperándome, y cada noche más cerca. Una noche observé su mirada y ví como me sonreía, le dije que se acercara un poco más si podía, pero no me contestó y solo se quedó allí mirándome mientras yo la miraba a ella. Una de esas noches, ví como se acercaba más de lo habitual en ella y sentí como si se sentara a mi lado, como si la pudiese tocar... me habló del mar y de las demás estrellas, me habló del cielo y del viento, de los planetas y del sol. Veía como se reía mientras me contaba todas esas cosas preciosas, sentí su complicidad cuando me pidió que le hablase de mí, de la tierra en que vivía, de mis sueños y de mis cosas, de mi trabajo y de mi pasado.

Así estuvimos muchas noches cuando los dos percibimos lo solos que habíamos estado cada uno en su mundo, pero nos sentíamos bien. Aquella luz me cegaba poco a poco mientras ella se divertía conmigo hablando del mar y del sol. Una noche le dije que no sabía lo que me pasaba con ella, que estaba empezando a sentirme extraño y que su luz había inducido cierto despertar en mi corazón, que creía que me estaba enamorando de ella, pero no me contestó, se alejó tímida dejando un surco resplandeciente en el durmiente mar mientras se alejó sonriente y feliz.

Volvió y la percibí contenta, se acercó cada vez más y pude rozar su presencia en mí, mientras no me quitaba el ojo de encima noté como su semblante acariciaba mis pensamientos con dulzura y sentí que ella escuchaba a mi corazón cada día. Se abrió para mí, y me dejó hurgar en su alma escondida hasta que llegué a su secreto, me lo confesó y me hizo sentirme feliz. Desde entonces, cada noche quedábamos y pasábamos las horas hablando de nuestras cosas, riéndonos y haciéndonos compañía. Me había enamorado de una estrella y ella curiosa se dejaba.

Un día mientras hurgaba en su presencia sentí su distancia como imposible para aquel amor en ciernes, las personas nunca pueden enamorarse de las estrellas me decía con su silencio, y me sentí triste preguntándome porqué si yo la quería, es imposible me insistía haciéndome ver que lo nuestro no tenía ningún sentido y que solo era producto de mi imaginación, teníamos mundos distintos y vidas distintas me hacia saber mientras yo nada comprendía. Es cierto que la quería, y cada vez que la veía más la quería. No puedes enamorarte de mi, soy una estrella, una estrella como las demás y mi lugar no está aquí sino allá arriba junto a las demás estrellas, yo podré venir a verte cada noche y hacerte compañía, dejaré que te acerques a mí, que me conozcas por dentro, que me quieras y que aprecies mi belleza, dejaré que me escuches incluso me conozcas, me dijo mientras notaba como se alejaba. Porqué no podrias enamorarte de mi, alcancé a gritarle, y volviéndose me dijo, tú no buscas una estrella como las demás...

Me quedé triste, y al día siguiente la esperé pero no volvió, me quedé toda la noche esperándola y mirando al cielo, pero no volvió, no dejé ni una sola noche en acudir a mi cita con ella, pero ella no estaba, y pasaron los dias y pasaron las noches, y de nuevo me dispuse a buscarla entre las estrellas mientras la esperaba, todas me parecieron tan fugaces, tan blancas, tan iguales, entonces me dí cuenta que ella no era una estrella como las demás, ella era distinta a las demás, su luz era distinta... pero no la veía.

Casi desesperado una noche cualquiera me quedé dormido mientras la esperaba y con ojos somnolientos levanté de nuevo mi vista al cielo, me quedé helado y bloqueado, habian desaparecido todas las estrellas del firmamento y un azul vivo de fondo aterciopelaba aquella mágica noche mientras a lo lejos una única y hermosa estrella brillaba solitaria y sonriente mientras pronunciaba mi nombre. La noté distinta, pero preciosa, guapísima, era ella y notaba como se acercaba cada vez más a mí, entonces me dí cuenta que era ella pero había cambiado, ya no era blanca sino azul, de un azul intenso como el mar..... Se acercó tanto... que me atrapó con su silencio, se acercó tanto... pareces distinta, ya no eres como las demás, me atreví a decirle, no, ahora soy una estrella azul, si ya no eres como las demás podrias enamorarte de mi, pensé, y sonrió leyéndome el pensamiento, y calló.... sus manos cogieron las mias y me besó....

    Abrió los ojos, encandilado por los rayos que entraban por la ventana, habia sonado el despertador, y lo primero que pensó fué en aquel extraño email, no podía quitárselo de la cabeza. Pensó en ella, y deseó llegar a la oficina para poder abrir el correo para ver si había tenido respuesta. Se duchó y tomó un café apresurándose a encender el ordenador. No habia respuesta. Inquieto se dispuso a empezar su jornada de trabajo, y cada veinte minutos no podía evitar mirar el correo, el silencio le dolía, que le estaba pasando se preguntaba, cuando al fin entró, lo abrió esperanzado y lo leyó desesperado.... Sonrió. Mientras, los recuerdos se le agolpaban en la cabeza, estaba inquieto, nervioso, que le estaba pasando no dejaba de pensar, habia tenido un día extraño, y se dispuso a cerrar las ventanas cuando de repente miró al cielo....