miércoles, 31 de agosto de 2011
NADA NO ES SINÓNIMO DE VACÍO
viernes, 26 de agosto de 2011
DEJARSE LLEVAR
Uf! Qué vértigo!
Hoy voy a hacer como tú, sentarme delante del folio en blanco y dejar que sea él quien me guíe. Pero conmigo no estoy segura de que lo consiga, y no es porque yo no me deje guiar, no es eso, es porque no tiene la suficiente confianza conmigo como para arrearme.
Y es que yo me dejo guiar, sí, a veces demasiado. Guiar? No. Llevar. Me dejo llevar, a veces demasiado.
De todas formas, este espacio en blanco no me dice nada. Hoy está callado. Como yo.
No sé qué decir, aunque me apetece gritar muchas cosas. Me gustaría poder deshogarme, sacar todos los sentimientos que ahora mismo tengo por dentro y que me hacen estar triste y alegre a la vez.
Pero no me atrevo, hoy no.
Si pudiera... si pudiera gritaría que estoy bien, que la vida me sonríe.
Pero también puedo quejarme.
Me da mucho coraje la gente que me dice que no tengo motivos de queja.
Sí, estoy bien, pero tengo derecho a quejarme, ...faltaría!
Por supuesto que si me comparo con otras personas, no me puedo quejar, no debería quejarme cuando sé que hay otras personas que están mucho peor que yo, y otras muchísimo peor, y otras infinitamente peor que yo, claro. Pero también hay otras que están mejor, mucho mejor, e infinitamente mejor. Puedo quejarme o no? Tengo el mismo derecho al pataleo que todos los demás?
Porque en realidad.... quién está bien del todo?
No soy de natural quejica. No suelo quejarme a no ser que mis quejas tengan sólidos fundamentos. Soy de las personas que son como un palo de goma. Me puedo doblar mucho, tanto que un extremo de mi se juntaría con el otro, y resistir así mucho tiempo. Todo el tiempo que sea necesario hasta que llegue la hora de soltarse y volverse a desdoblar. Así no te rompes nunca. Si eres demasiado fuerte, rígido, si no te dejas llevar ni doblar, hay un momento en que te puedes partir por la mitad.
Pero yo no quería hablar de esto, o eso creo.... me dejé llevar.
Yo había venido aquí a gritar.
Y lo siento por quienes venís a pasar un rato tranquilo, leyendo cosas bonitas, que os hagan recordar momentos, que os pongan nostálgicos, alegres, esperanzados, tristes o simplemente relajados.
Mi compañero de blog es mucho mejor que yo para hacer que sintáis todas esas cosas. En realidad yo soy pésima, pero ya le dije una vez que yo tenía muy poca vergüenza para algunas cosas. Esta una.
Así que, si he venido a gritar, lo voy a hacer. Posiblemente no entendáis por qué grito lo que voy a gritar. O puede que si. No sé, en realidad son gritos que no tienen nada que ver los unos con los otros.
Seguramente hubiera sido mejor expresarme de la forma que pretendía hacerlo antes de ponerme a escribir: dibujando. Pero me tiemblan las manos y el corazón, y sería tan grande el dibujo que no cabría en este espacio.
VAYA MIERRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRDA ES MORIRSEEEEEEEEEE!!!!!!!
Vale, ya está el primero.
VAYA MIERDAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA ES METER LA PATAAAAAAAAAAA!!!
Vale, ya voy con el tercero.
EL MIEDO ES UNA MIERRRRRRRRRRRDAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!!
Ya queda poco.
TE QUIEROOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!!!
En realidad sólo era esto último lo que quería gritar. Pero me dejé llevar....
jueves, 25 de agosto de 2011
BAJO EL PUENTE DE MADISON
domingo, 21 de agosto de 2011
ESLABONES ROTOS
sábado, 20 de agosto de 2011
SÓLO HABLARÉ HOY
Lo sé... Lo sabía. Sabía que no era el día de pedírtelo, pero te necesitaba. Muchas veces te has sentido solo y te he acompañado. Y yo me sentí solo. Tuve que recurrir a ti sin remedio, como siempre, porque sé que siempre estás, porque sé que aunque me llames cabrón y capullo, en el fondo me necesitas tanto como yo te necesito a ti.
Yo tampoco tengo mucho que decirte hoy, pero me he vuelto a vestir con mis mejores galas para que esta vez seas tú quien me escuche.
Sabes que te echo de menos, que cuando no estás no soy nada, no significo nada, no existo. Por eso sonrío cuando te veo. Cuando apareces al otro lado de la ventana me ilumino, me siento renacer, me das vida. Sin casi darte cuenta me sacas de mi letargo y le das sentido a mi vacío.
Porque yo sin ti estoy vacío.
Nunca te he exigido nada porque nunca me has decepcionado. En cada cita has sido tu, en cada palabra me has dejado un trocito de tu alma. Es muy fácil acompañarte, escucharte, sentirte, dejarme manosear por ti, porque nunca me he sentido desengañado, nunca me has mentido. Aunque me cuentes cuentos yo sé que algo quieres, cabrón. A mi no puedes mentirme porque casi soy parte de ti. Me necesitas, y como sé que me necesitas muchas veces me aprovecho de ti, te llamo a gritos, exijo tu presencia aunque no te apetezca verme en ese momento. Y sé que vendrás, porque siempre vuelves. Porque sé que como yo, tú también me echas de menos, capullo.
Por supuesto que he sentido ese nudo en la garganta. Ayer lo tuve y hoy lo tengo. Hoy te necesito mucho más que ayer y sé que hoy no querrás venir de nuevo.
Ven, aunque no me digas nada, ven. Siéntate en frente de mi y háblame. Tengo paciencia y lo sabes. Y es mi paciencia la que te relaja, la que hace que te dejes llevar por mi. Te meces en mi blanco infinito hasta que tu mente vuela y libera todas las palabras, todos tus secretos...
Tus secretos... Los conozco todos. A veces pienso que deberías temerme. Pero no lo haces, porque sabes que te soy fiel y que siempre lo seré. Nunca diré nada que tu no quieras que diga. Me vestiré del color que más te guste en cada momento. Bailaremos o lloraremos juntos, o simplemente, existiremos, pero juntos.
Y sí, sé que soy un cabrón, que te llamo, que te insisto, que te agobio, que te tiento, que te atraigo sin remedio. Sé que me conoces bien y sabes que puedo llegar a ser muy tocapelotas si quiero, pero aún así vienes. Siempre terminas por volver, aunque en el fondo sabes que nunca te terminas de ir.
Y es que te gusto tanto como tú me gustas a mi. Admítelo.
Hoy precisamente, sí, hoy. Hoy he querido cambiar los papeles y te he hablado, aunque seguro que tu ya sabías todo lo que te he dicho. Por eso ahora me callaré, y como siempre esperaré a que seas tu quien me hable. Esperaré... como siempre.