viernes, 26 de agosto de 2011

DEJARSE LLEVAR


Uf! Qué vértigo!

Hoy voy a hacer como tú, sentarme delante del folio en blanco y dejar que sea él quien me guíe. Pero conmigo no estoy segura de que lo consiga, y no es porque yo no me deje guiar, no es eso, es porque no tiene la suficiente confianza conmigo como para arrearme.

Y es que yo me dejo guiar, sí, a veces demasiado. Guiar? No. Llevar. Me dejo llevar, a veces demasiado.

De todas formas, este espacio en blanco no me dice nada. Hoy está callado. Como yo.

No sé qué decir, aunque me apetece gritar muchas cosas. Me gustaría poder deshogarme, sacar todos los sentimientos que ahora mismo tengo por dentro y que me hacen estar triste y alegre a la vez.

Pero no me atrevo, hoy no.

Si pudiera... si pudiera gritaría que estoy bien, que la vida me sonríe.

Pero también puedo quejarme.

Me da mucho coraje la gente que me dice que no tengo motivos de queja.

Sí, estoy bien, pero tengo derecho a quejarme, ...faltaría!

Por supuesto que si me comparo con otras personas, no me puedo quejar, no debería quejarme cuando sé que hay otras personas que están mucho peor que yo, y otras muchísimo peor, y otras infinitamente peor que yo, claro. Pero también hay otras que están mejor, mucho mejor, e infinitamente mejor. Puedo quejarme o no? Tengo el mismo derecho al pataleo que todos los demás?

Porque en realidad.... quién está bien del todo?

No soy de natural quejica. No suelo quejarme a no ser que mis quejas tengan sólidos fundamentos. Soy de las personas que son como un palo de goma. Me puedo doblar mucho, tanto que un extremo de mi se juntaría con el otro, y resistir así mucho tiempo. Todo el tiempo que sea necesario hasta que llegue la hora de soltarse y volverse a desdoblar. Así no te rompes nunca. Si eres demasiado fuerte, rígido, si no te dejas llevar ni doblar, hay un momento en que te puedes partir por la mitad.

Pero yo no quería hablar de esto, o eso creo.... me dejé llevar.

Yo había venido aquí a gritar.

Y lo siento por quienes venís a pasar un rato tranquilo, leyendo cosas bonitas, que os hagan recordar momentos, que os pongan nostálgicos, alegres, esperanzados, tristes o simplemente relajados.

Mi compañero de blog es mucho mejor que yo para hacer que sintáis todas esas cosas. En realidad yo soy pésima, pero ya le dije una vez que yo tenía muy poca vergüenza para algunas cosas. Esta una.

Así que, si he venido a gritar, lo voy a hacer. Posiblemente no entendáis por qué grito lo que voy a gritar. O puede que si. No sé, en realidad son gritos que no tienen nada que ver los unos con los otros.

Seguramente hubiera sido mejor expresarme de la forma que pretendía hacerlo antes de ponerme a escribir: dibujando. Pero me tiemblan las manos y el corazón, y sería tan grande el dibujo que no cabría en este espacio.

VAYA MIERRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRDA ES MORIRSEEEEEEEEEE!!!!!!!

Vale, ya está el primero.

VAYA MIERDAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA ES METER LA PATAAAAAAAAAAA!!!

Vale, ya voy con el tercero.

EL MIEDO ES UNA MIERRRRRRRRRRRDAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!!

Ya queda poco.

TE QUIEROOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!!!

En realidad sólo era esto último lo que quería gritar. Pero me dejé llevar....

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