jueves, 4 de agosto de 2011

HACE MUCHO FRIO



    Amanece, y hace frio, mucho frio. Apenas he podido dormir, menos mal que tuve suerte y pude meterme aquí en este rellano. Sé que me buscan y tengo miedo.  Apenas he comido nada desde ayer, solo huyo y no sé hacia donde voy.  No quiero mirar atrás, no quiero eso aunque tampoco sé lo que quiero. Mis amigos parecen muy felices, tienen su libertad y se lo pasan bien. Siempre he querido ser como ellos. Supongo que ser independiente y hacer lo que me apetezca en cada momento.

Me tiraría las horas aquí delante de esta pantalla, me traería un bocadillo y seguiría, hablaría con todos y quedaría para conocer gente. Ahora lo puedo hacer. Aunque no estoy tranquila. Hoy he quedado con un chico nuevo que he conocido, se llama Samuel, pero no vive aquí. Luego cogeré el autobús y me iré a verle, tengo su teléfono. Espero que nadie me vea, iré con cuidado.

Bueno, creo que nadie me ha visto, he desconectado el móvil porque no para de sonar y no quiero rallarme más de lo que ya estoy. Hemos quedado en que cuando estuviese llegando le mandaría un mensaje. “ya stoy llegando a las 7 en la parada kiero verte”. Espero acordarme de su cara, solo he visto su foto una vez, y parece muy guapo.

Estás loca, es lo primero que me dijo, nos reímos, y nos vamos andando por toda la ciudad, no deja de insistir en que estoy loca, me dice que estoy muy buena y le digo que él también. Tiene la misma edad que yo, también quince, pero es muy guapo.  Me dice que vayamos a su casa que sus padres no están hoy. Allí picamos algo de la cocina. Nos enrollamos. Nos volvemos a conectar y saludo a mi amiga, le digo que ahora no puedo hablar mucho que ya me pondré en contacto con ella, me dice que todo el mundo está preguntando por mí, eso me pone nerviosa y prefiero dejar el ordenador.

Nos sentamos en el sofá y nos volvemos a enrollar. Hablamos un poco de toda esta locura pero no tengo muchas ganas de hablar, ni de pensar. Conecto el móvil, leo todos los mensajes, veo todas las llamadas, y lo vuelvo a apagar. Nos tomamos unas cervezas, fumamos. Al final, casi nos colocamos. El se mete n el pc y se pone a hablar con sus amigos, les dice que estoy con él y que él no saldrá esta noche. Nos acostamos juntos, y nos volvemos a enrollar. Me dice que nos tenemos que levantar temprano porque sus padres llegarán a las nueve.

A las siete nos despertamos, nos vestimos y nos vamos, él me acompaña a la estación de autobuses, el próximos sale a las tres de la tarde. Me dice que se tiene que ir, que luego le llame. Me quedo sola en la estación, no para de pasar gente, y tengo miedo de que me reconozcan. Compro el billete, y me voy a darme una vuelta, tengo tiempo. Me dedico a mirar escaparates, no me queda mucho dinero, mi abuela no tenía mucho esta vez, y lo que le pude coger a mi madre, ya casi me lo he gastado. Entro en un bar, y me compro un bocadillo, será lo único que coma hoy.

Me vuelvo para mi pueblo. De nuevo tengo que esconderme. He quedado con una amiga, y me ha dicho que vaya para su casa, pero no estoy segura, creo que avisará a mis padres. Prefiero pasar hoy el dia sola, a ver lo que pasa. Me voy a la playa andando, lejos, donde nadie me vea, hasta que anochezca. Estoy cansada, hoy hemos dormido poco, y casi me quedo dormida en la arena. Ya son las doce, y esto está muy oscuro.

De nuevo vuelvo al mismo portal de anoche, la puerta no se puede cerrar, me subo a la terraza, y allí en el rellano, me siento a ver si puedo dormir. Me despierto cada vez que se enciende la luz, de nuevo hace frio. Mucho frio. Pienso en lo que estoy haciendo, me acuerdo de mi hermana, tengo hambre y frio, mucho frio.

1 comentario:

madita dijo...

Yo pensé una vez en irme de casa, y también he dormido alguna que otra noche en el portal. Qué angustia ahora mismo, sólo de pensarlo. Recuerdos..

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