sábado, 20 de agosto de 2011

SÓLO HABLARÉ HOY

Lo sé... Lo sabía. Sabía que no era el día de pedírtelo, pero te necesitaba. Muchas veces te has sentido solo y te he acompañado. Y yo me sentí solo. Tuve que recurrir a ti sin remedio, como siempre, porque sé que siempre estás, porque sé que aunque me llames cabrón y capullo, en el fondo me necesitas tanto como yo te necesito a ti.

Yo tampoco tengo mucho que decirte hoy, pero me he vuelto a vestir con mis mejores galas para que esta vez seas tú quien me escuche.

Sabes que te echo de menos, que cuando no estás no soy nada, no significo nada, no existo. Por eso sonrío cuando te veo. Cuando apareces al otro lado de la ventana me ilumino, me siento renacer, me das vida. Sin casi darte cuenta me sacas de mi letargo y le das sentido a mi vacío.

Porque yo sin ti estoy vacío.

Nunca te he exigido nada porque nunca me has decepcionado. En cada cita has sido tu, en cada palabra me has dejado un trocito de tu alma. Es muy fácil acompañarte, escucharte, sentirte, dejarme manosear por ti, porque nunca me he sentido desengañado, nunca me has mentido. Aunque me cuentes cuentos yo sé que algo quieres, cabrón. A mi no puedes mentirme porque casi soy parte de ti. Me necesitas, y como sé que me necesitas muchas veces me aprovecho de ti, te llamo a gritos, exijo tu presencia aunque no te apetezca verme en ese momento. Y sé que vendrás, porque siempre vuelves. Porque sé que como yo, tú también me echas de menos, capullo.

Por supuesto que he sentido ese nudo en la garganta. Ayer lo tuve y hoy lo tengo. Hoy te necesito mucho más que ayer y sé que hoy no querrás venir de nuevo.

Ven, aunque no me digas nada, ven. Siéntate en frente de mi y háblame. Tengo paciencia y lo sabes. Y es mi paciencia la que te relaja, la que hace que te dejes llevar por mi. Te meces en mi blanco infinito hasta que tu mente vuela y libera todas las palabras, todos tus secretos...

Tus secretos... Los conozco todos. A veces pienso que deberías temerme. Pero no lo haces, porque sabes que te soy fiel y que siempre lo seré. Nunca diré nada que tu no quieras que diga. Me vestiré del color que más te guste en cada momento. Bailaremos o lloraremos juntos, o simplemente, existiremos, pero juntos.

Y sí, sé que soy un cabrón, que te llamo, que te insisto, que te agobio, que te tiento, que te atraigo sin remedio. Sé que me conoces bien y sabes que puedo llegar a ser muy tocapelotas si quiero, pero aún así vienes. Siempre terminas por volver, aunque en el fondo sabes que nunca te terminas de ir.

Y es que te gusto tanto como tú me gustas a mi. Admítelo.

Hoy precisamente, sí, hoy. Hoy he querido cambiar los papeles y te he hablado, aunque seguro que tu ya sabías todo lo que te he dicho. Por eso ahora me callaré, y como siempre esperaré a que seas tu quien me hable. Esperaré... como siempre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario