He estado leyendo. Mientras lo hacía he sonreído, me he
emocionado, me he sonrojado y hasta he llorado un poquito. Me ha gustado
recuperar recuerdos, volver a vivirlos y a sentirlos (bueno, no siempre! Que
también he recordado cosas que me dolieron mucho y menos mal que he olvidado
ya!! Pero ahí están, para no olvidar). Era bonito, muy bonito, esperar a verte,
a leerte, a que me contaras lo que te pasaba por la cabeza o lo que pensabas
que me pasaba a mi. Me gustaba que me provocaras. Me encantaba contestarte.
Estábamos tan lejos y tan cerca…
Eran historias muchas veces reales y otras que disfrazaban
la realidad un poco, eran pensamientos y sentimientos, éramos nosotros alegres,
enfadados, tristes o distraídos. No importaba, sólo dejábamos correr los dedos por
el teclado buscándonos, acercándonos, rascando debajo de la piel.
Por qué? Por qué hemos dejado que el silencio se haya
convertido en el amo y señor de este lugar? Antes se oían risas, lloros,
suspiros, palabras susurradas o gritos a veces desesperados. Se oían besos,
tiritar de frío o resoplar de calor. Y ya no. Hace demasiado tiempo que no.
Es la felicidad lo que atrae al silencio? Es la cercanía? Es
la confianza? No debería ser al revés? No debería la felicidad, la cercanía y
la confianza atraer las palabras, las risas, los sueños, las esperanzas? Y no
será porque no nos han pasado cosas desde la última vez que escribimos!!
Demasiadas cosas… algunas no hacía ninguna falta que pasaran, otras sí, otras
han sido imprescindibles. No han sido esas cosas lo suficientemente importantes
como para que nos arrancasen una sola palabra?
Cosas… sencillas.
Cosas… complicadas.
Cosas… Dicho así parece que no tienen importancia, pero es
que no han sido “cosas”, han sido vidas, amores, desamores, partidas, llegadas…
Ahora que estamos cerca nos hemos acostumbrado a hablarnos
al oído nuestros secretos. Parece que no necesitamos muchas palabras, y en el
fondo es verdad. Nos entendemos con pocas palabras y a veces nos entendemos con
un simple gesto. Y me gusta!! No quiero decir que no me guste!! Al revés, me
encanta. Es sólo que, bueno, a veces echo un poco de menos esto. Escribir,
esperar con curiosidad tus palabras, tu forma de contar las pequeñas grandes
cosas… Ver la vida por este otro lado.
A lo mejor es mejor así. La vida no siempre es un camino
asfaltado por el que andas con patinete tan ricamente y a veces se hace difícil
contar muchas cosas. Aunque también es verdad que la vida a veces coge tanta
velocidad como un patinete cuesta abajo, te invade el vértigo y la adrenalina
te impide no descubrir que incluso tienes un poco de miedo. A lo mejor es mejor
callar y continuar contándonos las cosas al oído, casi en silencio, con la
mirada… Pero… lo bueno o lo malo, son cosquillas en el estómago.
Y yo… a veces… echo de menos… esto.
1 comentario:
Me encanta... simplemente eso. Me ha conmovido. Un besazo
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