
Me niego a que la impunidad se haya establecido en ciertos órdenes de manera caprichosa y que en nombre de no sé qué estado de derecho campe a sus anchas por en medio de él haciendo caso omiso a quienes de verdad lo mantienen en pié. No podemos ir la sociedad por un lado distinto a quienes nos administran y se creen ejecutores de la verdad más absoluta. Esa no es mi justicia, no al menos en la que yo creo o me enseñaron a creer.
Un juez, un fiscal, un comisario de policía, unos jóvenes o unos padres de familia, al igual que un abogado, o un ministro, un vendedor de coches o un vendedor de pescado, que más da quien represente a quien y en nombre de quién, existe algo que se llama responsabilidad, sentido común, derechos, libertades u obligaciones y que está muy por encima de cualquier sueldo que cualquiera se pudiese ganar por hacer de manera responsable su trabajo, pero hay una diferencia y es que muchos de ellos viven de los que les pagamos los demás a través de nuestros impuestos y a quien sostenemos en silencio para que precisamente velen por nuestra seguridad, nuestra justicia o nuestros derechos. Yo arriesgo mi dinero y arriesgo mi trabajo, y al igual que yo millones de ciudadanos, pero no otros que se valen del dinero o el trabajo de los demás para que en el nombre del estado representen aquello que nunca ningún ciudadano del estado habría aprobado.

Y la sentencia que se ha producido, se ha producido porque alguien ha hecho mal su trabajo. Y yo, como ciudadano libre que soy tengo todo el derecho del mundo a expresar mi opinión y a pedir desde mi libertad que quien haya hecho mal su trabajo deje de vivir de mis impuestos y caiga sobre él el mismo perjuicio que sobre mí caería cuando hago mal mi trabajo.
Detrás de una sentencia, siempre hay un trabajo y ese trabajo por lo visto se ha hecho mal. Detrás de cada sentencia, siempre hay dolor, en este caso el dolor de una familia y ese dolor no puede equipararse jamás ni sostenerse bajo el mismo manto que una negligencia o una incompetencia, aunque todos estemos hablando de un estado de derecho.
No hay comentarios:
Publicar un comentario