viernes, 15 de abril de 2011

LA ESPERA


   Hoy es un día especial, y quizás no sea especial por mucho o por nada, simplemente lo presiento así y me gusta. Me gusta levantarme por las mañanas y sentir esa sensación, esperar con ilusión que pasen las horas y llegue el momento esperado de que algo bonito te va a ocurrir; es como la espera de ese avión que esperas y que sabes que cuando aterrice de él descenderá alguien que quieres mucho y llevas tiempo sin ver, miras ansioso el reloj, y no estás tranquilo hasta que te lo anuncian por megafonía, notas como el corazón se te acelera, y empiezas a ponerte un poco nervioso, inquieto, hasta que de repente le ves aparecer al fondo y la cara te cambia de repente y estalla de alegría, notas como la emoción te embarga y sales corriendo a su encuentro.

    Las horas previas no dejas de darle vueltas a la cabeza, no te quitas el pensamiento de que queda poco ya, cuentas las horas e imaginas cientos de cosas, sobre todo una, a esta hora estaremos en tal sitio o haciendo tal cosa, visualizas el futuro más inmediato pero con ella, podríamos hacer esto o tal vez lo otro, me tiene que contar aquello y que no se me olvide decirle eso. Es una ansiedad emocional necesaria que te alimenta la mente y parece como si te recargara de ilusión, te inyectara esperanza y empiezas la cuenta atrás de sentirte mejor. No dejas ni un momento de pasar películas de tu vida con ella, de recordar escenas o simplemente intentar ver su cara. Está cercana y lo sabes, notas como su presencia cada vez se acerca más y eso te hincha, te eleva.

   Vivimos en un mundo de prisas automatizadas que ralentizan nuestros dias hasta la nada más absoluta, hurgamos por los rincones intentando motivarnos y asomarnos a alguna ventana que nos permita respirar aire fresco, fisgoneamos en el tiempo para robarle algún momento diferente que nos saque de una monotonía impuesta por nosotros mismos sin querer, buscamos esa luz que ilumine nuestros dias y nos permita salir de nuestro escondite eterno y escarbar en el cielo algunas horas prestadas que nos recargue las pilas. Las buscamos con desesperación para poder sentirnos vivos y repetirnos continuamente que estamos aquí.

   A veces, nos enganchamos a ese cuello para que nos saque de esta pausa maldita que nos paraliza y nos enerva, necesitamos de emociones que nos retraigan de nuestro silencio. Necesitamos querer. Necesitamos que nos quieran. Compartir ese robo al tiempo que nos traslade a otra dimensión y nos haga volar como el avión que necesitamos esperar de vez en cuando.

   Tengo suerte, y hoy lo veré aterrizar, descenderé y correré hacia ella. La necesito y mi vida la necesita. Estoy en esas horas previas al desembarco y veo que el reloj no corre, pero me da igual porque mientras, veo y repaso las películas de mi vida como suplicando que me entretenga en la espera, hago como que hago cosas sin quitármela de la cabeza como intentando engañar al tiempo, disuadirlo para que se apresure.

   Hacía mucho tiempo que no sentía algo así, a veces piensas irracionalmente si no volviste a nacer en un alarde de magia atemporal que te ha devuelto la sonrisa y la ilusión. Nunca me pararé a pensarlo aunque no dejo de hacerlo, es como si intentara engañarme a mí mismo de la misma manera que hago con el tiempo al que intento robar esas horas, y no cambiaré nunca, no quieres pensar en esas cosas cuando sabes que es así y no puedes evitarlo, que manía tenemos a veces de escondernos de nosotros mismos o de nuestra realidad, como si tuviésemos miedo a nuestro propio ridículo, o a sentirnos raros.... con lo bonito que es poder esperar cada día ese avión.

   Porqué no sonreir, y sentirte bien si lo tienes a tu alcance. Miro mi billete, me miro en mi espejo y noto el ruido de ese motor que me acelera el corazón. Hoy es un dia especial, lo presiento.

1 comentario:

Rose dijo...

En este blog no hay emoticonos?
Si hubiera, en este momento pondría una sonrisa enoooooorme.
No pierdas ese avión, vuela!

Publicar un comentario