sábado, 17 de septiembre de 2011

LA DECISIÓN

   Mientras se miraba en el trozo del  espejo, pensó que hoy iba a ser un día importante para ella. Llevaba mucho tiempo esperándolo. Había descubierto que su marido y su amante le engañaban,  hacía mucho tiempo que deseaba romper con todo aquello. Había aguantado mucho, y ese día se había levantado con la intención de poner fin a toda esa angustia, a toda esa locura.  Necesitaba hablarlo con los dos, necesitaba dar un giro a su propia cerradura, cerrar y abrir de nuevo su propia puerta. Empezar una nueva vida, alejarse de ese entorno que la maltrataba y le impedía ser feliz.  Quería marcharse lejos, olvidar…. Buscaría un nuevo lugar, un nuevo trabajo, una nueva vida. Ese era el día, se miraba y no dejaba de pensar.

  Había quedado para comer con él, su marido no regresaría hasta la noche y tendrían tiempo suficiente para hablar tranquilamente. Estaba nerviosa cuando cogió el coche, pero decidida a poner el punto final a todo aquello. Había sido muy feliz con él, le quería, era el complemento ideal  que la alejaba de todo el despropósito de su matrimonio, de su rutina, de su vacío… Era la inyección que le empujaba a sentirse viva, le había cogido mucho cariño, y se había enamorado locamente de él. Pero le estaba haciendo mucho daño. Mucho. Cada tarde que los veía pasar por delante de aquella ventana era como un puñal que hacía la herida cada vez más grande. Silenció su dolor a la espera de su sinceridad, confiaba en él, pero le había defraudado.

Entró nerviosa y le vió allí sentado esperándole. Como estás? Bien, y tú? Tenía ganas de verte, yo también, muchas. Él la vió preocupada, la conocía bien, se quedó mirándola fijamente, y ella no supo ocultar su tensión. Que te ocurre?... Tenemos que hablar….. Cuando alguien te dice, “tenemos que hablar” prepárate para lo peor, es una frase acuñada que lleva implícito algo de fín. Qué pasa?... Te ha pasado algo?.... Le miró con rabia. No lo sabes?.... El qué?.... No juegues conmigo, llevas mucho tiempo haciéndolo, y ya estoy harta…. Su mirada se quedó bloqueada, paralizada, sorprendida, no entendía nada. No entiendo nada, que es lo que pasa, qué es lo que tendría que saber?.

  Llevo varias semanas observándoos desde la taberna de la plaza, no hay un solo día que no pases con ella de la mano, siempre a la misma hora. Precisamente, a la hora que nunca podíamos vernos. No te he dicho nada, porque esperaba que tú me lo dijeras, que al menos tuvieses la valentía de decírmelo. No comprendo porqué me llamas cada noche, el porqué de tus palabras, tus gestos, cuando hacemos el amor, no comprendo el porqué….. Y ya no puedo más. Quiero dejarlo. Te quiero, te amo, pero no puedo seguir con esto. Me voy a marchar de aquí. Hablaré con mi marido, nos separaremos, y me marcharé lejos de aquí……

Su mirada denotaba perplejidad, la estaba viendo agobiada, y quiso parar todo aquello. Mira, le dijo…

Es cierto, todo eso que dices. Jamás te he dicho nada, siempre quise ocultártelo, pero porque nunca se había dado la ocasión de decirnos algunas cosas de nuestras familias. La chica, a la que recojo cada día de la clínica, y la acompaño cada día a su casa, la casa de mis padres, es mi hermana, y es ciega. Por eso, la llevo de la mano. Precisamente, quería presentártela….

 No quiso oir más. Se sintió morir, había desconfiado, había dudado. Se quedó echa polvo y no supo reaccionar, se quedó paralizada, y se puso a llorar. Era demasiada la tensión que había vivido. Salió corriendo de allí, se montó en el coche, y aceleró…..

 Llegó a casa, y se fue directamente al dormitorio, no paraba de llorar. Se sintió ridícula….Los ojos hinchados, la mente volaba,  los  pensamientos  se  entrecruzaban…. Se quería morir….

No oyó la cerradura  cuando su marido entró, esa tarde también había regresado antes, se extrañó de no verla, y volvió a subir las escaleras con sigilo. La vió recostada, llorando. Se acercó a ella…..

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