viernes, 7 de octubre de 2011

SUEÑOS ROTOS


  Caminaba  mente en blanco camino del aparcamiento. Ni una mirada atrás, sin levantar ni una vez la vista hacia aquella ventana que seguía apagada pagó su ticket de vuelta sin entretenerse una décima de segundo en pensar nada.  Se sentó al volante y empezó a eliminar kilómetros de vuelta. Ni un reproche, ni un recuerdo del motivo que le había llevado a hacer aquel viaje. No se sentía mal, no se sentía bien. Quería llegar a su casa, ponerse su música preferida y tumbarse en la cama a no pensar. Estaba cansada de todo, pero sobre todo de viajes, de viajes a ninguna parte.

 Su connivencia con quien ella misma se imaginaba produjo  efecto mariposa que le hizo saltar su propia luz el día que cometíó el primer error,  se vió arrastrada al suelo por pedazos de ese espejo que ella misma  se había inventado y se dirigió sin pensarlo a ese viaje a ninguna parte. Estaba de regreso, sonrió pensando en la paradoja del abuelo y dudó si tal vez habría existido todo lo que le había pasado alguna vez o tal vez todo se trataba de una mentira, la suya.

 Se le veía a pesar de todo contenta, firme en la decisión que había tomado y quiso limpiar de responsabilidad sus frágiles recuerdos, apenas difusos, inconstantes, que pasaban por delante de ella a mucha velocidad esta vez sin llegar apenas a pararse ni un solo instante más que el necesario. Se dedicó a mirar el paisaje y se imaginó a ella misma rodeada de árboles y verde, de animales libres corriendo a la par que su coche mientras sentía el viento acariciarle su cara.

 Iba acompañada de una sensación de vacío que hasta le venía bien, cambiaba de cadena y de vez en cuando encendía algún que otro cigarrillo mientras se dedicaba a contemplar el paisaje, parecía una persona nueva, diferente.

De nuevo le sonó el móvil, imaginó que de nuevo sería él, era la tercera vez que la llamaba, y ahora sí que podría cogérselo, deseaba oir su voz, necesitaba oir su voz. En el asiento del  lado y dentro del bolso veía como vibraba la piel granate, se dispuso a maniobrar dentro de la cremallera hasta que lo notó, intentó sacarlo y abrirlo sin percatarse de la curva cerrada que se le estaba echando encima, intentó reconducir el vehículo pisando a fondo el freno y dando la parte trasera con el guardarraíl, lo que hizo derrapar el coche y perder todo su control. Dió dos o tres vueltas girando sobre sí mismo y saltando a causa de la velocidad la mediana de la autovía yendo a parar directamente a los árboles del sentido contrario. Ella no estaba, todo era caos en unos segundos interminables en que lo único cierto era la dirección que llevaba el coche descontrolado hacia aquel árbol.
 
 El grito se sintió desgarrador en aquel silencio. Elisa, Elisa, Elisa….. oyó angustiada su nombre de forma asustada. Qué te pasa? Le dijo cogiéndola con fuerza del brazo, mientras ella mantenía los ojos asustados del pánico y de la angustia. Su rostro sudaba y su respiración palpitaba a ritmo acelerado, estaba agobiada, asustada, presa de una angustia que le oprimía el pecho. Encendió la luz mientras le pasaba el brazo por encima, tranquila, mejor?...  Estás bien?.... Voy a por un vaso de agua….. Gracias…… Y se volvió a recostar sobre su almohada, alterada, temblorosa, con los ojos muy abiertos, suspirando….. Bebe un poco…. Gracias…. Todo ha sido una pesadilla….. Tranquila, ya ha pasado…..  De nuevo se quedó dormida.

    No había podido dormir mucho esa noche y acababa de amanecer. Se giró en la cama, extendió una vez más la mano y esta vez no la encontró vacía. Rozó su cuerpo adormecido y tumbado de medio lado. Se quedó mirándolo fijamente, se recreó en su silueta, no quiso despertarlo aún. Pensó en todo lo que había soñado esa noche, y acercó sus labios a su espalda desnuda y le besó suavemente. Le gustaba observarlo unos minutos antes de despertarlo, se levantó y se dirigió hacia el espejo, estuvo mirándose durante unos segundos como hacía cada mañana. Ahora si, ya era la hora de despertarlo.

Buenos días, cariño……


                                                                    F I N                                                             


    ..... Porque cualquiera puede ser parte de esos fragmentos, y desear verse en un espejo nuevo.

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